Saberes y sentires que navegan desde el mar hacia tu cuerpo
El pasado 23 de febrero, nos reunimos en la ciudad de Santa Marta, Magdalena, con mujeres de distintas edades, lugares y que desempeñan diversos oficios, para socializar los resultados del diagnóstico participativo que realizamos con ellas, sobre sus imaginarios, percepciones y representaciones socioculturales en cuanto al ser mujer, la sexualidad y la reproducción, en octubre de 2022.
Las mujeres: docentes, parteras, peinadoras, masajistas, artistas, estudiantes, empleadas del servicio doméstico o dedicadas de tiempo completo al cuidado del hogar, entre otros, habían participado en un espacio de diálogo e intercambio de saberes y experiencias, que permitió generar la confianza para compartir sus ideas respecto a los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos (DSDR), y de esa manera identificar el contexto sociocultural y representaciones acerca de su rol como mujeres, la vivencia de su cuerpo, la sexualidad y el placer, así como sobre la reproducción y temas relacionados como el aborto.
En este segundo encuentro, recordamos lo aprendido en el espacio de diagnóstico y se generaron reflexiones alrededor de los resultados obtenidos. Además, tuvimos la oportunidad de desarrollar otros ejercicios enfocados en la transformación cultural, desde la perspectiva de género y la teología feminista, hacia una sociedad donde las mujeres puedan ejercer su derecho a decidir de manera libre y autónoma, en todos los ámbitos, especialmente en cuanto a sus derechos sexuales y reproductivos.
Por ejemplo, generamos una conversación sobre el autocuidado y el cuerpo que permite reflexionar sobre diferentes aspectos de la sexualidad y la reproducción, a partir del uso de aceites para masajes: un pacto de confianza, un pacto de liberación y un pacto espiritual, que hacen parte de la campaña En mi voz confío. Asimismo, hablamos sobre los poderes que tienen las mujeres para defender sus derechos, como la sabiduría, la persistencia, la rebeldía y la fortaleza.
Además, las participantes recibieron un cuaderno que muestra los resultados del diagnóstico de manera pedagógica y que les servirá para continuar, no solo su propio proceso de introspección alrededor de los derechos sexuales y reproductivos, sino para compartir y socializar estas reflexiones con otras mujeres de su familia y de su comunidad.
Para explorar acerca de los imaginarios, percepciones y representaciones socioculturales acerca del ser mujer, indagamos con preguntas sobre cómo nos enseñaron que debían ser las mujeres, cuál es la esencia de ser mujer o qué es ser una buena mujer, entre otros temas.
Para hablar sobre la sexualidad, les preguntamos también sobre las enseñanzas y valores que aprendieron al respecto durante su crecimiento, así como lo que ellas consideran que se debería enseñar desde la escuela y desde la familia a las nuevas generaciones. Además, abordamos preguntas como para qué es la sexualidad y sobre las orientaciones sexuales e identidades de género.
Igualmente, preguntamos sobre las creencias y mitos acerca de la sexualidad, donde fue posible identificar que la enseñanza sobre el tema se da en mayor medida a partir de la tradición oral y es posible encontrar una serie de modismos cargados de creencias y valores que se transmiten al interior de las familias y a través de las generaciones.
Finalmente, para indagar en temas sobre la reproducción, lanzamos interrogantes relacionadas con la maternidad y su relación con esta, así como sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
La reflexión continúa
Con base en el diagnóstico participativo es posible reconocer cómo se acrecientan las barreras socioculturales en torno a la comprensión y el acceso a los derechos sexuales y reproductivos, en la medida en que persiste una cultura machista que se alimenta de prejuicios morales y que limita a la sociedad de diversas formas, con información sesgada, la ausencia de formación integral y un acceso de calidad a estos derechos.
Como Católicas por el Derecho a Decidir -Colombia somos conscientes de que no es suficiente contar con un marco normativo garantista de los DSDR, si no se transita igualmente hacia la transformación social y cultural en los territorios, que fortalezca ciudadanías plenas y la capacidad de decidir sin estigmas ni prejuicios.
Por eso seguiremos caminando con acciones pedagógicas, comunicativas y de incidencia que nos permitan contribuir al avance jurídico, político y continuar tejiendo redes en pro de la despenalización social de los DSDR, de la liberación de las conciencias y la construcción de nuevos imaginarios sobre el ser mujer, la sexualidad y la reproducción, donde las mujeres, en todas sus diversidades, puedan ejercer con autonomía su derecho a decidir.