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Sanar

28 de mayo Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres

(…) yo, ahora imaginando ser la que hubiera sido.
Manojo de Siempreviva mi cerebro y alaste flor de
 Avispa mi sangre*

Hasta hace muy poco la palabra buentrato o bientratar no tenía un significado en el diccionario. La palabra maltrato, en cambio, ha existido desde siempre en el diccionario y en la vida de miles de mujeres que se han visto enfrentadas a múltiples situaciones de maltrato físico, psicológico, social, político, económico, entre otros. Fina Sanz, Doctora en Psicología y Sexóloga, afirma que el buentrato es muy sútil, tiene que ver con el lenguaje del cuerpo, con una expresión corporal de felicidad, bienestar y relajación[1].

En un momento como el que atraviesa Colombia, donde se evidencian infinitas situaciones de maltrato y vulneración de los derechos fundamentales para la vida digna, en especial para las mujeres; pareciera imposible hablar de salud o de expresiones que, como menciona Sanz, generen bienestar o relajación para las mujeres.

Es difícil referirse a esto sabiendo que afuera golpea una realidad de caos, un contexto que día a día plantea retos más grandes, más fuertes. Sin embargo, así con la dureza de la vida, las mujeres resisten con más fuerza que la vida misma, se mueven como el aire, contundentes, con libertad y valentía. Desde el inicio de los tiempos las mujeres han tenido la infinita sabiduría y capacidad para sanar, para tejer puentes entre enfermedades y luchas, entre desesperanza y esperanzas azul lunar, esperanzas férreas, como mujeres, que permanecen, que saben estar.

La salud, como muchas otras, ha sido una gran conquista en la lista de victorias alcanzadas, la perspectiva feminista en el tema de la salud ha sido absolutamente revolucionaria para exigir canales efectivos y precisos para sanar; que es a su vez un acto de resistencia en medio de un mundo al que le viene bien que las mujeres sufran, se enfermen, se depriman o se abrumen. Pero la fuerza de las mujeres no se rinde, hasta el día de hoy permanece, sigue sabiendo estar. Sanar es una revolución muchas veces cíclica, de paciencia, fuerza y fe, es un acto emancipatorio de la propia lucha, de crecer.

Con la dolencia del tiempo las mujeres han sido precursoras del buentrato en una sociedad que en cambio les da maltrato, han generado estrategias para exigir el derecho a servicios de salud dignos, con perspectiva de género, servicios que poco a poco se acerquen al ser mujer. Las mujeres resisten, persisten, caminan, vuelan y rompen día a día los moldes del dolor que les proporciona una sociedad y un Estado que les oprime. Como dice Lorena Cabnal, sanar es un acto personal y político para desmontar las opresiones, la victimización, para liberarnos y emancipar el cuerpo. Un acto que nos impulsa a recuperar el nuevo tiempo de liberación del cuerpo para reivindicar la alegría y, sin perder la indignación y en medio del complejo mundo, celebrar la vida, la resistencia y las sabidurías plurales, así como el hecho de estar vivas[2].

Por eso, en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, desde Católicas por el Derecho a Decidir- Colombia, ratificamos nuestro compromiso con la dignidad, con la demanda y exigencia para que se respete la vida y los derechos fundamentales, reafirmamos nuestra apuesta por contribuir a historias más sanas, donde la vida de las mujeres ocupe el lugar que merece, donde las mujeres vivan el bienestar, el bientrar, buen vivir y el buen sanar.

No somos histéricas, somos históricas. 

La que hubiera sido, Esthela Calderón

[1] Entrevista con Fina Sanz, La Vanguardia – 2017. Recuperado de: https://bit.ly/3oWED3B

[2] Tzk’at, Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario desde Iximulew- Guatemala. Lorena Cabnal.